Belén, capital de la provincia de Pará, está ubicada al extremo Norte del país. 

Conocida gracias al santuario de Nuestra Señora de Nazareth o "Maravilha do Pará". Fue construida en 1852, exactamente en el lugar donde alrededor del año 1700, el caboclo Plácido encontrara la imagen de la virgen y allí mismo empezara a conceder bendiciones y realizar milagros. Desde el punto de vista artístico, el santuario es una reproducción en menor escala de la basílica de São Paolo, en Roma. La devoción a la virgen se manifiesta especialmente en el Círio, una imponente y concurrida procesión con 200 años de tradición.

A cada año, en el segundo Domingo de Octubre, millares de fieles se arrodillan delante de la estatua de la Virgen de Nazareth, una pequeña imagen milagrosa de 28 cm. La procesión recorre los mágicos 3 km cubiertos con pétalos de flores que separan las dos principales iglesias de Belén y la ceremonia inicia con una misa cantada a las primeras horas de la mañana. Todo terminará al final de la tarde.

Causa de la lentitud del cortejo, la "corda", una gruesa soga de 350 metros de largo, que los fieles intentan al menos tocar en un gesto de devoción extrema, sale de la berlina en la cual está acomodada la imagen. Los devotos, hombres y mujeres, siguen en dos filas, descalzos. La sed, el calor húmedo y el cansancio, las manos que se levantan en el esfuerzo para no perder su lugar en el cortejo. Así se avanza con lentitud e inestabilidad, al ritmo de la música y de cantos difusos que salen de los parlantes a lo largo del camino.
 
Los "promesseiros" contribuyen para el tono folclórico del evento, para dar reconocimiento por la gracia recibida, la gente recorre el trayecto usando en la frente un símbolo del pedido obtenido. Miniaturas de casas, barcos y partes del cuerpo en cera que representan la cura obtenida enriquecen y dan colorido a la procesión.